miércoles, 22 de julio de 2015

Y entonces llegó él. Mis primeros días con Álex

El 17 de junio de 2015 viví el día más feliz de mi vida cuando vi por primera vez la cara de mi hijo. Atrás quedaban más de 30 horas de parto, 40 semanas de gestación, 11 kgs de más y muchas horas imaginando cómo sería mi niño, a quién se parecería, de qué color tendría los ojos...etc.

Hoy, Álex ya tiene un mes de vida, y pese a que esta siendo una experiencia maravillosa, no es menos cierto que también es muy dura.  Mis amigas que ya son mamás me dicen que las primeras semanas son las más complicadas, pero la verdad es que no imaginé que tanto. En mi caso, lo que más me está costando es el tema de la lactancia. Desde el comienzo me decanté por la lactancia materna. Los beneficios para el bebé y la mamá me parecen la mejor opción, sin duda. Los primeros días fueron especialmente duros. Álex se quedaba dormido constantemente mientras mamaba; cada toma se alargaba una hora y cada dos, él pedía su ración....Consecuencia: Ni duermes, ni vives y encima no sabíamos si el peque estaba comiendo lo suficiente.

Ante esta situación, que ya estaba afectándome seriamente, decidí, en consenso con mi marido, darle leche materna en biberón. De esta manera, entre los dos nos repartimos la tarea de dar de comer al niño y él también puede experimentar la satisfacción que supone dar de comer a tu bebé.
Dos semanas después, las tomas cada dos horas continúan, pero al menos descansamos más y sobre todo, nos aseguramos de que Álex come adecuadamente, como así demuestra la báscula semanalmente.


Otros inconvenientes a los que me he enfrentado estos días, son los gases. ¡Los dichosos gases! Sin embargo, gracias a youtube he podido ver algunos vídeos que  me permiten ayudar a mi bebé a expulsar los gases.

Tomas, gases, baño, lloros, cólicos...no cabe duda de que un bebé exige todo tu tiempo. De esto ya me habían advertido, pero nunca pensé que fuera tal la demanda. Tanto es así, que no he podido evitar sentirme agobiada en ciertos momentos, sobre todo en los días donde hay mucha falta de sueño. En este punto, mi consejo es intentar delegar el cuidado del bebé en la pareja, padres o alguien de confianza, y tomarte un respiro, pues para darle a tu bebe lo mejor de ti es necesario que tú estés bien de animo.

Eso sí, pese a la falta de horas de sueño, el cansancio, el agobio y la responsabilidad, ver la carita de Álex o una sonrisita, aunque sea un reflejo, hace que todo merezca la pena.





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