Hace unos días vi en la web de la revista Ser Padres una entrevista a Gonzalo Pin, pediatra experto en sueño infantil hablando del colecho reactivo.
Se entiende por colecho reactivo aquel que no es elegido por los padres de manera voluntaria sino que viene provocado por el comportamiento del bebé.
Según las palabras del Doctor Pin, introducir al niño en la cama en estas circunstancias puede llegar a tener consecuencias en los niños, tales como reducción de la fase REM del sueño, que es la que permite fijar lo aprendido durante el día; aumentan los microdespertares y se puede generar un apego no seguro entre los padres y el niño.
Viendo esto, lo cierto es que me ha entrado cierta preocupación porque yo hago colecho reactivo. Os cuento mi experiencia. Antes de que Álex naciera yo tenía muy claro que no quería hacer colecho, en su lugar tengo una minicuna Look at Me que me permite estar cerca del niño sin necesidad de que él duerma en nuestro colchón. Esto en la teoría está perfecto.
La realidad es que a Álex no le gusta dormir en la cuna, solo en brazos ( así estoy yo ahora) y cuando le vas a dejar en la cuna llora desconsoladamente.
Durante el día tengo más recursos para callarle: hamaca, el cojín de lactancia o le doy un paseo para que se duerma. Sin embargo, por la noche mis recursos para que mi niño descanse se reducen a meterle en la cama y abrazarle.
Estoy convencida de que estoy cometiendo un grave error. Pero a esas horas de la madrugada lo único que quiero es que se calle y duerma.
¿Vosotras qué pensáis?