jueves, 19 de noviembre de 2015

Afrontar la vuelta al trabajo con positividad

Después de cinco meses de baja maternal, mañana, 20 de noviembre, me reincorporo a mi puesto de trabajo.

Supongo que si le digo que estoy muy triste a una madre que está en paro me dirá que yo al menos tengo a un trabajo al que volver. Lo sé y estoy completamente de acuerdo con ella. Pero también sé que se me parte el alma pensar que voy a estar fuera de casa ocho horas diarias (las seis de la jornada y las dos horas del trayecto de ida y vuelva) y me voy a perder muchos momentos bonitos de mi niño. 

Le dejo en manos de absoluta confianza, sé que va a estar rodeado de cariño, que le van a sobrar atenciones y cuidados y que él no me va a echar de menos porque aún es muy pequeño. Pero yo a él sí, muchísimo. Voy a echar de menos su olor, su sonrisa, sus babas....hasta sus llantos. 

Pero pese a la tristeza, intento sobrellevar estos momentos lo mejor que puedo, mas que nada por no amargar a mi marido, a mi hijo, a mi perrita y a todo lo que me rodea. Cuando veo que me pongo más dramática de lo normal intento poner un poco de cordura y madurez a la situación viendo el lado positivo, que también lo hay. 

-Me voy a trabajar, no a la guerra. Trabajar me da la oportunidad de ganar dinero y ofrecerle a mi niño lo mejor. Además, soy una afortunada de poder hacerlo.  

-Voy con jornada reducida. Seis horas trabajando a destajo para poder disfrutar de mi niño después.

- Además de mamá, también  soy periodista. Durante este tiempo me he dedicado en cuerpo y alma al cuidado del niño y las tareas domésticas. Aunque sea en el fondo de mi corazón, también me apetece volver a mi profesión.

-Reencontrarme con mis compañeros y tener conversaciones con adultos. Después de haber estado pegada a un niño y a una perrita durante cinco meses esto se agradece bastante.

-Volveré a leer. Desde que Álex nació he dejado bastante de lado mis aficiones, entre ellas la lectura. A partir de ahora podré aprovechar los viajes en metro para poder leer.

-La excusa perfecta para ir de compras. Como a partir de ahora tengo que ir todos los días arreglada para ir a la oficina no tengo más remedio que ir de compras. El invierno pasado estaba embarazada y la ropa de hace dos años o ya no me gusta o me queda pequeña. No hay duda, tengo que comprarme ropa.

En fin, que  quien no se consuela es porque no quiere. En los momentos de bajón intento aferrarme a estas ideas y cuando veo que no funciona, me aferro al pañuelo de papel, que también viene bien.

¿Y vosotras? ¿Cómo afrontasteis la vuelta al trabajo?


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